La deuda de Estados Unidos equivale a su PIB, pero asigna millones para la injerencia en Cuba
Norelys Morales Aguilera.- La deuda estatal de EE. UU. ha aumentado a 238.000 millones de dólares, un total de 14,58 billones de dólares, según los datos más recientes divulgados por el Departamento del Tesoro.
La
suma equivale al 100% del PBI del país. La última vez que la deuda
estatal de EE. UU. coincidió con su PBI fue en 1947, cuando la potencia
intentaba recuperarse de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.
Ello explica en parte la gravedad de la crisis en EE.UU. y el peligro que supone para la economía mundial.
Expertos y políticos afirman que China y Japón poseen la mayor parte de la deuda pública de EE. UU.
Pero, es realmente EE. UU. el que posee la mayor parte de su propia deuda.
La repartición de la deuda, según el Departamento del Tesoro de EE. UU., publicados por actualidad.rt.com, es así:
Rusia: 115.200 millones de dólares.
Hong Kong: 121.900 millones de dólares.
Entidades bancarias del Caribe: 148.300 millones de dólares.
Taiwán: 153.400 millones de dólares.
Brasil: 211.400 millones de dólares.
Países exportadores de petróleo: 229.800 millones de dólares.
Fondos de inversión: 300.500 millones de dólares.
Bancos comerciales: 301.800 millones de dólares.
Fondos de pensiones estatales, locales y federales: 320.900 millones de dólares.
Fondos de inversión del mercado financiero: 337.700 millones de dólares.
Reino Unido: 346.500 millones de dólares.
Fondos de pensiones privados: 504.700 millones de dólares.
Gobiernos estatales y locales: 506.100 millones de dólares.
Japón: 912.400 millones de dólares.
Hogares de EE. UU.: 959.400 millones de dólares.
China: 1,16 billones de dólares.
Departamento del Tesoro de EE. UU: 1.63 billones de dólares.
Fondo de Seguridad Social de Fondos Fiduciarios de EE. UU. (Social Security Trust Fund): 2,67 billones.
Ante estos datos, es obvio que Washington practica contra Cuba una insensatez paranoica. El senador estadounidense Patrick Leahy bloqueó 20 millones de dólares designados para el programa injerencista, pero llegó a un acuerdo con el Congreso sobre el uso de los fondos.
Bajo
el pretexto del establecimiento de la democracia en la isla, el
Gobierno norteamericano trata de apoyar a la oposición en Cuba y
derrocar los logros de la revolución. No se trata de democracia ni de
ayuda, la pretención es que el capital pueda retomar el control y
dominio en la Isla, y de paso, resolver la frustración de no haber
podido destruir el socialismo a 90 millas de sus costas. Imperdonable.
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